Para bajar del cielo se necesita…remanentes de una ilusión cósmica

Resumen

La Modernidad proselitizó la incredulidad hacia los imposibles, la intolerancia hacia el conformismo y el culto a la capacidad desmedidamente transformadora del ser humano. Bajo esa óptica, mitos como el de Ícaro quedan relegados al estatus de arcaicas cosmogonías, taxativos de “otros” que distan de ese “superhombre contemporáneo”, protagonista de los cambios en los visos de la realidad. Frente a criterios tan acendrados, son escasas las cavilaciones que interpelan a ese tipo de lógicas. Entonces, ante tal coyuntura, cuánto conmovería la aseveración “nadie pudo ser cosmonauta”. ¿Quién es nadie? pues ¿qué entraña un cosmonauta? si implica
la ¿imposibilidad del ser?